24M | Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia
Desde el Honorable Concejo Deliberante, del cual tengo la honra de formar parte, hemos querido realizar un acto conmemorativo en el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, con las aristas y las emociones que esto implica.
Por nuestra función actual, entendemos que debemos profundizar, y sobre todo revalorizar, las prácticas democráticas en las instituciones del Estado, y desde ese punto de vista este Concejo, como institución plural y democrática, no podía estar ausente en este simple pero significativo homenaje.
En el contexto que estamos viviendo, aparecen nuevamente muchos voceros de su verdad, que vuelven a plantear cosas sin fundamento y hacer renacer ideas negacioncitas, convirtiéndose en promotores de un discurso de odio y violencia, que claramente confunde a muchos.
En un país donde el 60% de los argentinos están por debajo de la línea de la pobreza, donde la inflación trimestral supera el 70% y licúa el poder de compra de los trabajadores y de los que menos tienen, sumado a la profunda recesión que impacta en los puestos laborales, creo que estos discursos opacan las voces de quienes piensan distinto, de los laburantes, de los más humildes, y eso no está bien.
Es por eso que estamos muy contentos de reunirnos en este acto, y agradezco a las autoridades del Concejo Deliberante, encabezadas por el Presidente Fernando Juri, quién no dudó un segundo en dar el sí cuando le planteamos realizar este homenaje, ya que entiende al igual que nosotros que es el modo de reafirmar nuestros valores y fortalecer las instituciones del Estado.
La búsqueda de la verdad y la justicia debe permanecer siempre entre nosotros a través de la memoria activa, es por eso que continuaremos honrando este día y sosteniendo que fueron 30.000 los desaparecidos, y también nos planteamos de cómo hacer para que esto nunca más vuelva a suceder, y la respuesta fue simple, recordando y reflexionando sobre lo ocurrido el 24 de marzo de 1976, con una larga y oscura noche teñida de sangre por aberrantes crímenes de lesa humanidad a través del terrorismo de Estado.
Además, es nuestro deber seguir promoviendo jornadas de este tipo, que sirvan para concientizar y visibilizar el terror vivido en aquellos años, pensando siempre que una provincia y un país distinto es posible, y garantizando a través del recuerdo vivo que la historia no se repita.
Por todo lo planteado es necesario mantenernos firmes en esta lucha, apoyándonos en nuestras convicciones, ya que siempre se escucharán voces confusas que promuevan la división y se aprovechen de la desesperación de la gente; pero recordemos que nos propusimos un país diferente, más equitativo y con oportunidades para todos, y esa sociedad que soñamos solo se construye con memoria, verdad y justicia.
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